Veamos rápidamente qué sucede cuando falta alguna de estas tres cualidades:
Líderes comprometidos y capaces, pero descoordinado, resultado en: Divisiones y facciones como en la iglesia de Corinto. Esto produce confusión y retrocesos, choques de actividades, independencia, lagunas para la rebelión y la insubordinación.
Líderes capaces y coordinados, pero No comprometido, resultado en:Grandes planes que nunca llegan a realizarse. Esto produce desánimo, inseguridad entre los que son guiados y relajación en el desempeño del ministerio.
Líderes comprometidos y coordinados, pero no calificado, resultado en: Frustración y desilusión, ver las posibilidades pero no tener las habilidades para lograrlas. Esto se traduce en mucho esfuerzo y poco resultado, además del bajo nivel de calidad en el servicio.
Además de que el equipo esté comprometido, sea capaz y esté coordinado, la definición anterior indica otra cualidad esencial: tienen los mismos objetivos.La falta de compartir los mismos objetivos hace que sea difícil mantener un fuerte sentido de compromiso dentro de un equipo. Nos desmotivamos porque no sabemos hacia dónde vamos ni qué pretendemos conseguir. Los objetivos ayudan a crear un fuerte sentido de compromiso y participación.
¿Quieres saber más sobre los equipos de alto rendimiento? Busca empoderarte participando en