Piensa en grande, empieza poco a poco y construye en profundidad.
Por otro lado, esta filosofía rectora del liderazgo nos llama a tener seguridad interior para empezar poco a poco. Algunos grandes movimientos de Dios tienen una génesis discreta. Se necesita una disposición tranquila y una confianza lo suficientemente firme en Dios para comenzar de a poco.
Dios nunca tiene prisa.
En Su línea de tiempo eterna, todo caerá en su lugar correcto. Mientras pensamos en grande, debemos estar dispuestos a empezar desde lo pequeño. Jesús dijo que el Reino de Dios es como un grano de mostaza (Mateo 13:31-32). Comencemos con lo que Dios ya nos ha bendecido y nos ha dado.
La sabiduría de construir profundamente
En última instancia, esta filosofía de liderazgo mantiene la tensión, llamándonos a seguir trabajando en lo fundamental. La profundidad y la influencia son más efectivas a largo plazo que la simple amplitud y el impacto. ¡Tenemos que hacer bien los fundamentos!
Al final, lo que realmente importa es la verdadera profundidad.
Ya sea iniciando un movimiento o discipulando vidas, edificar profundamente está anclado en el cumplimiento del llamado y la misión fundamentales de Dios. Se trata fundamentalmente de desarrollar una cosmovisión bíblica y profundidad de carácter. Es la sabiduría de construir para que perdure.
“Piensa en grande, empieza poco a poco y construye en profundidad”. Una filosofía audaz de liderazgo. ¿Somos lo suficientemente valientes, confiados y sabios para perseguirlo?
Extracto de Paradigmas de mentoría por Edmund Chan